Rayos X
La radiación electromagnética de onda corta (rayos X) descubierta por Wilhelm Röntgen en 1895 se utiliza desde hace mucho tiempo en medicina como herramienta de diagnóstico. En el tubo de rayos X, los electrones con alta energía cinética chocan contra un metal.
Se desaceleran bruscamente y generan rayos X. Penetran en el cuerpo y dejan tras de sí un rastro de radiación. Penetran en el cuerpo y dejan tras de sí una imagen diferenciada debido a las distintas densidades de las partes del cuerpo. Debido a la nocividad de los rayos X, cada radiografía debe registrarse en un pasaporte radiográfico. Esto permite a cada médico comprobar la dosis de rayos X anterior. Si aún no tiene un pasaporte de rayos X, pregunte a su médico o solicite uno directamente a la Oficina Federal de Protección Radiológica. También puede consultar los valores límite anuales aplicables en la página web de la Oficina Federal. Los rayos X también se utilizan en odontología. Para ello se han desarrollado diversos aparatos de rayos X, cuya exposición a la radiación se ha ido reduciendo paulatinamente a lo largo del tiempo.
En la consulta de la Dra. Janina Neumann se utilizan aparatos de rayos X digitales. La exposición a la radiación de la OPG digital (ortopantomografía) es muy baja y es de aprox. 20 µSV por imagen. Es similar a la exposición a la radiación de gran altitud a la que se está expuesto durante un vuelo de 4 horas. En general, sin embargo, cada dentista debe comprobar si una radiografía es realmente necesaria para minimizar la exposición a la radiación.